RADIOLOGÍA MUSCULOESQUELÉTICA III.
ARTROSIS
La artrosis o osteoartritis se caracteriza radiográficamente por la tríada: estrechamiento del espacio articular, esclerosis y osteofitos. Figuras 1-3
- Pinzamiento o estrechamiento de la interlínea articular: se hace más evidente a medida que se afecta más el cartílago articular y disminuye su grosor. Se trata de una disminución asimétrica del espacio articular.
- Esclerosis del hueso subcondral (osteocondensación): se manifiesta como aumento de la densidad ósea del hueso subyacente al cartílago articular (se ve con aspecto más blanquecino).
- Osteofitos: proliferaciones óseas en las zonas marginales. Representan el hallazgo radiológico más específicos de la artrosis.
Figura 1. Signos radiográficos de artrosis (cadera)
Figura 2. Signos radiográficos de artrosis (mano). P: pinzamiento. O: osteofitos. C: condensación o esclerosis.Figura 3. Signos radiográficos de artrosis (hombro). P: pinzamiento. O: osteofitos. C: condensación o esclerosis.
A partir de estos hallazgos se ha establecido una clasificación del grado de artrosis según la evolución. Figura 4
Figura 4. Clasificación de Kellgren y Lawrence
Otras alteraciones que nos podemos encontrar:
- Quistes subcondrales o geodas: aparecen entre las trabéculas del hueso subcondral sometido a presión. Propias de artrosis muy evolucionadas. Figura 5
- Luxaciones articulares y/o alteraciones del alineamiento óseo: ocurren por remodelación del contorno articular, también propias de la enfermedad avanzada. Figura 5
Figura 5. Artrosis nodular de manos. Con quistes subcondrales y perdida parcial del alineamiento articular.
Hay que tener en cuenta que existen formas específicas de artrosis con signos menos característicos de patología degenerativa como la artrosis erosiva de manos. Figura 6
Figura 6. Artrosis erosiva de manos
Dentro de la artrosis erosiva de mano se distinguen varios signos típicos. El desarrollo de erosiones óseas que de forma característica se localizan a nivel central, a menudo combinadas con proliferación ósea marginal de extensión variable, confieren a la articulación su típica imagen en «alas de gaviota». Figuras 7 y 8
Figura 7. Signo de las alas de gaviota. Imagen en «alas de gaviota» a nivel de la tercera interfalángica distal derecha. Alteraciones erosivas en la cuarta interfalángica proximal bilateral.
Figura 8. Imagen alas de gaviota. Radiografía de una paciente con osteoartritis de manos. Se pueden observar imágenes en “alas de gaviota” característicos de la osteoartritis erosiva de interfalángicas distales.
Estos fenómenos erosivos pueden desencadenar una respuesta reparativa, en forma de aparición de osteofitos o de anquilosis (en las articulaciones más destruidas). Figura 9
Figura 9. Anquilosis en artrosis erosiva evolucionada. Imagen de anquilosis en la quinta interfalángica distal izquierda. En la radiografía conviven alteraciones articulares en diferentes estadios.
Otras localizaciones donde nos podemos encontrar erosiones en la artrosis son las articulaciones temporomandibulares (Figura 10), acromioclaviculares (Figura 11), sacroilíacas (Figura 12) y a nivel de la sínfisis del pubis (Figura 13). La presencia de erosiones en estás localizaciones no implican necesariamente patología inflamatoria.
Figura 10. Artrosis temporomandibular
Figura 11. Artrosis acromioclavicularFigura 12. Artrosis sacroilíacas. A: Rx AP. Cambios crónicos en ambas SI, con erosión, esclerosis y osteofitos inferiores. B: TAC axial. Osteofitos anteriores, con formación de puente óseo en la SI izquierda.
Figura 13. Cambios degenerativos en la sínfisis del pubis. A y B: Rx AP. Cambios degenerativos en la sínfisis púbica, con erosión y esclerosis. En B, existe formación de puente óseo superior.
Artrosis en localizaciones "atípicas"
Las localizaciones típicas de la artrosis primaria son en la columna cervical y lumbar (ver entrada específica
espondiloartrosis), algunas articulaciones del hombro como la acromioclavicular (
Figura 11), interfalángicas de los dedos de las manos, trapeciometacarpiana o rizartrosis (
Figuras 14 y 15), la cadera (
Figura 1) la rodilla (
Figura 4) y la primera metatarsofalangica o Hallux rígidus (
Figura 16).
Figura 14. Esquema de rizartrosis propuesta por Eaton-Litter-Burton
Figura 15. Rizartrosis.
Figura 16. Hallux rígidus
En ocasiones nos vamos a encontrar artrosis en localizaciones menos frecuentes o atípicas y que se consideran más frecuentemente como artrosis secundaria bien a patología ocupacional, cambios postraumáticos o bien por otros tipos de artropatías como la enfermedad por depósito de pirofosfato de calcio. Son localizaciones atípicas:
Artrosis carpo
Anatómicamente, la muñeca está constituida por tres articulaciones: radiocarpiana, mediocarpiana y radiocubital distal. Estas articulaciones pueden sufrir deterioro de su cartílago articular (artrosis) y las causas que la pueden ocasionar son postraumáticas o idiopáticas. Figura 17
Figura 17. Artrosis de carpo. Rizartrosis severa y cambios artrosis radiocarpianos y radiocubitales en paciente con enfermedad por depósito de PPC en región del ligamento triangular.
Artrosis de metacarpofalángicas o artrosis de Missouri
La artrosis que afecta a las articulaciones metacarpofalángicas (MCFs) segunda y tercera usualmente se asocia con las llamadas artropatías metabólicas (condrocalcinosis, hemocromatosis) y también con el uso repetitivo ligado con el trabajo manual. Figura 18
Figura 18. Artrosis MCFs. Radiografía AP de manos mostrando cambios degenerativos severos en un paciente con hemocromatosis. Se pueden observar como los cambios son más agresivos en la 2.ª y 3.ª metacarpofalángicas de forma bilateral con disminución del espacio articular, esclerosis subcondral y osteofitos en gancho en la zona radial (*).
La artrosis del codo es la enfermedad degenerativa de esta articulación con pérdida del cartílago que recubre las superficies articulares. En la mayoría de los casos, es secundaria a ejercicio excesivo, traumatismos previos, lesiones de osteocondritis disecante o a una condromatosis sinovial. Figura 19
Figura 19. Artrosis de codo
Artrosis tibioastragalina
Las causas del desgaste en la artrosis de tobillo residen, por una parte, en las secuelas de traumatismos y fracturas, aunque también puede deberse a las secuelas de una osteocondritis de tobillo. Por último, encontramos también las artrosis de tobillo sin causa conocida o idiopáticas, menos frecuentes. Figura 20
Figura 20. Artrosis ttibioastragalina
Comentarios
Publicar un comentario